Colombia es un país con gran riqueza de recursos naturales. Muchos de estos juegan un papel fundamental para la economía nacional. Entre ellos se encuentran sus tierras fértiles, el petróleo y minerales (como el carbón y el oro). Colombia además, ostenta un lugar privilegiado en cuanto a cobertura boscosa se refiere: más de la mitad de su territorio, es decir casi 60 millones de hectáreas (ha) están cubiertas por bosques naturales que forman parte de parques nacionales, áreas protegidas y dominios privados. Toda esta diversidad de recursos atrae diferentes actividades y actores, tanto legales como ilegales, siendo estos últimos importantes generadores de amenazas económicas, ambientales y sociales, así como para la seguridad nacional.
Ahora bien, los problemas que aquejan al sector forestal y maderero en Colombia, vinculados a la informalidad y la ilegalidad, se encuentran bien documentados. Los esfuerzos del gobierno, el sector privado y la sociedad civil comprenden entre otras iniciativas, buscar la transparencia de la cadena de suministro con el fin de asegurar su integridad. Sin embargo, un aspecto de suma importancia que no se tiene mucho en cuenta en las actividades comerciales es la identificación y reducción de la facturación fraudulenta, una problemática que también está presente en la exportación de productos madereros de origen colombiano. Para abordar estos temas, el presente reporte brinda un análisis de las exportaciones de madera tropical de Colombia entre los años 2009 y 2018, evaluando los niveles de facturación comercial fraudulenta del sector y brindando recomendaciones sobre cómo abordar esta problemática desde las políticas públicas y el cumplimiento de las normativas. Aportar soluciones en materia de facturación fraudulenta es dar pasos importantes en la protección de los bosques y la biodiversidad del país.